Movilidad ciudadana. El tranvía. (I)
De las pocas noticias políticas de estos días resalta el anuncio que desde el ayuntamiento de Zaragoza han dado a conocer hoy sobre la financiación del tranvía de esta ciudad. Sigo sin entender, ni lo entiendo ni defenderé el uso de este medio de transporte en una ciudad como la nuestra. Hay quienes como el alcalde defienden a capa y espada un proyecto costoso, y que, siempre a mi modo de ver, no solucionara los problemas de atascos, ruidos, frecuencias, seguridad y reordenación peatonal del centro de Zaragoza. Zaragoza sigue siendo y será una ciudad embotellada, donde la anulación de carriles y las obras no tendrás ventajas positivas para los ciudadanos. No me gusta el tranvía para Zaragoza, porque supone retroceder en las ventajas que ofrecen otros medios como el metro. Sigo defendiendo esta opción. Primero porque si queremos ser una ciudad puntera ha de tener este medio de transporte para conexionar la ciudad en dos ejes principales. La que uniría la línea Arcosur-Valdespartera y CPS y otra que podría ser Estación Miraflores-Estación Delicias. La ciudad está creciendo y muchos serán los vecinos que en poco tiempo se trasladen a vivir a estos nuevos barrios. Además deberían de pensar unir la estación de trenes y hacerla más accesible y como el nuevo campo de fútbol se construirá en San José cerca de la estación de Miraflores dotar a la ciudadanía de un transporte cómodo y rápido. Algunos critican que esta medida no es soportable en Zaragoza y que no se podría construir el metro. Yo me remito que no creo que tengamos más ruinas que las que hay en Grecia o en Roma, hay disponen de metro y si fuera así, pues seriamos tontos de no querer destapar y potenciar nuestra cultura soterrada. Otro dicen que el Ebro es un impedimento, pues que me expliquen cómo Bilbao con tanta ría, Sevilla con el Guadalquivir lo han construido y el metro de Paris une la ciudad pasando varias líneas por debajo del Sena. Otro de los aspectos que no entiendo de esta obra es el alto coste de una única línea, la imposibilidad de convertir el centro de Zaragoza, su casco histórico, en peatonal y acrecentar la sensación de inseguridad que ofrece este trasporte. No lo entiendo y pese a quien le pese creo que es una involución para los ciudadanos de Zaragoza, en la que ahora todos los aragoneses pagan las obras. En su día escribí un artículo sobre la movilidad que pretendía nuestro alcalde en Zaragoza. Decía así. “…Desde hace tiempo a nuestro alcalde le ha dejado de preocupar los problemas de sus ciudadanos y una muestra de ello, el trafico de la ciudad. Su última propuesta delimitar el trafico a 30 y pasos elevados, para hacer más lenta la circulación, atascos y demás. Pero es sólo una más, porque los aparcamientos por los barrios de Zaragoza, San José, Las Fuentes, Delicias…están parados. No sabe solucionar el transporte público, tanto su déficit como una reordenación de paradas, líneas y frecuencias. Omites las peticiones de horarios flexibles en los cercanías acordes a los usuarios. Ni te planteas el estudio del metro ni sus grandes posibilidades y para ellos quieres hacer una obra faraónica de tú tranvía, donde quitaremos espacio a coches y autobuses, donde las obras nos volverán a invadir, no aliviará los problemas con barrios periféricos y encima jamás veremos un centro de mi ciudad peatonal, limpio y sin ruidos. Ojala algún día Independencia sea peatonal como para Pilares, San Jorge, Semana Santa, Navidad, y múltiples días de animación y fiesta.”
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Pavoguze -