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MIGUEL

CINCOMARZADA

CINCOMARZADA

 

 

  Desde el año 1839 y cada cinco de marzo, se celebra en Zaragoza, en la arboleda de Macanaz, una fiesta de carácter popular, donde miles de ciudadanos acuden al parque para celebrar una comida campestre que conmemora la expulsión de las tropas carlistas por los propios ciudadanos que tuvo lugar en esa fecha del año 1838.

  Tras la muerte del rey Fernando VII, se produjo una pugna por la sucesión entre su hija doña Isabel y su hermano Don Carlos. La ciudad de Zaragoza constituía una magnífica posición estratégica, lo que unido al anhelo carlista de conquistar una ciudad grande, pues solamente tenía dominio rural, llevó a Juan Cabañero junto con dos mil ochocientos Infantes y trescientos hombre de Caballería, a tan audaz empresa.

  La reacción de la población zaragozana fue rápida, saliendo ala calle junto a la Milicia Nacional, logrando expulsar a las tropas carlistas de la ciudad el 5 de marzo de 1838. Importante suceso tras el cual, se añadió al escudola hoja de laurel y a la ciudad la titulación de "Siempre Heroica".

  Desde aquí, quiero reivindicarla figura de nuestros antepasados, que lucharon siempre por defender sus ideales, y, ante todo, su ciudad, que antes y ahora es un orgullo para sus habitantes.

  En los años siguientes el Ayuntamiento constitucional de Zaragoza declaró festivo el aniversario y lo conmemoró oficial y solemnemente. En 1843 los acontecimientos de la historia de España llevaron al poder a los moderados, y a partir de este momento desapareció la conmemoración oficial. Pero los zaragozanos, habituados a la celebración, decidieron no renunciar a la misma y el 5 de marzo comenzó a proyectarse como una salida colectiva al campo y a los alrededores de Zaragoza por gran número de ciudadanos, que acudían a la arboleda de Macanaz y a las orillas del Gállego bien provistos de yantares y bebidas. Así nació la tradición que se repetiría durante muchas décadas.

  Ya en el siglo XX, los Cabezo Cortado y de Buenavista, La Almozara y la Estación de Utrillas, se añadieron a los lugares habituales de celebración, debido a la expansión que la ciudad experimentó hacia el sur en esos momentos.

  El 4 de marzo de 1937, el Ayuntamiento acordó suprimir oficialmente la fiesta, que durante la Guerra Civil y hasta 1977 no se volvió a celebrar, del mismo modo que la calle Cinco de Marzo pasó durante esos cuarenta años a denominarse Requeté Aragonés.

  En 1977 comenzó una discreta y paulatina recuperación de la fiesta, volviendo a salir a los campos próximos a la ciudad y ya en 1979, el primer Ayuntamiento democrático devolvió el nombre a la calle que conmemora la histórica jornada.

  En 1981 el Ayuntamiento de Zaragoza recuperó definitivamente la fiesta con la ayuda de las comisiones de festejos de los barrios, peñas y asociaciones ciudadanas.

  Desde entonces, se viene celebrando en el parque siendo una jornada eminentemente lúdica y reivindicativa. Además de la fiesta local y de la tradicional comida campestre, diversas peñas, grupos políticos y asociaciones sociales y culturales instalan barras que aprovechan como espacio informativo de sus actividades.

  Los zaragozanos colman el parque en un día festivo de convivencia, en el que se preparan ranchos y carnes asadas, y donde no faltan pasacalles, verbenas, conciertos y animación callejera.

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